Los leones del Congreso de los Diputados son dos esculturas de bronce que protegen simbólicamente la entrada a las Cortes. Están situados en la entrada principal del Palacio de las Cortes, en Madrid. Reciben popularmente los nombres de Daoíz y Velarde, los héroes del Levantamiento del Dos de Mayo, aunque las fuentes señalan que en realidad representan a Hipómenes y Atalanta.
Son un símbolo de la soberanía nacional y de la política de España y aparecen con frecuencia en los reportajes periodísticos, además de aparecer en el propio logotipo del Congreso de los Diputados. Sin embargo, pocos saben que estos leones, con apenas dos siglos de vida, esconden un anecdotario de lo más curioso y una historia accidentada.
El origen del Palacio de las Cortes
El Palacio de las Cortes fue inaugurado el 31 de octubre del año 1850 por la reina Isabel II, que fue la encargada de colocar la primera piedra en el año 1843. Durante los siete años que duró el proceso de construcción del mismo, los diputados se reunieron en el Salón de Baile del Teatro Real de Madrid. El edificio fue diseñado por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer, que se inspiró en el estilo neoclásico y en el Panteón de Agripa de Roma. En los últimos 40 años, el edificio ha sufrido cuatro ampliaciones y reformas diferentes en los años 1980, 1994, 2006 y 2013.
La primera pareja de leones
En el diseño original del edificio, no estaban previstos los leones, y en el lugar que ocupan actualmente se preveía se alzasen unas farolas. No obstante, estas farolas no eran del agrado de los diputados ni de los ciudadanos en general, pues no tenían la solemnidad que el lugar requería, y se acordó su retirada para colocar unas estatuas de leones, que eran el símbolo de la monarquía. La realización de los leones corrió a cargo del escultor Ponciano Ponzano y Gascón, autor del frontispicio del Congreso. Por falta de recursos, dada la malísima situación económica, Ponciano hizo una obra de yeso pintado imitando al bronce. Los leones se colocaron en el año 1851 con una ovación general, pero al cabo de un año, por las condiciones meteorológicas, los leones presentaban un estado deplorable, y comenzaron las críticas de ciudadanos y prensa hasta el punto de que se optó por encargar otras esculturas con materiales más nobles y duraderos.
La segunda pareja de leones
La segunda pareja de leones se encargó a Ponciano, pero como dio un presupuesto muy elevado se hizo un nuevo encargo al escultor José Bellver y Collazos, que diseñó dos leones de piedra pequeños, que como se dijo en la época parecían más perros rabiosos que fieros félidos, y nuevamente las esculturas se retiraron a causa de las protestas. Actualmente, se encuentran en los Jardines de Monforte en Valencia.
La tercera y definitiva pareja de leones
La dirección del tercer proyecto volvió a recaer sobre Ponciano Ponzano. El 23 de marzo de 1860, el Ejército español consiguió una gran victoria en la batalla de Wad-Ras, en la Guerra de África, tomándose unos cañones al enemigo. Estos cañones eran de bronce y se decidió fundirlos para hacer los leones definitivos. Así, los leones actuales están hechos con el metal de los cañones que España arrebató a Marruecos. Los leones pesan 2668 y 2219 kg respectivamente y miden 2,60 metros de largo por 1,80 de alto. Se colocaron en el año 1872 y desde entonces han presidido la entrada del Congreso, salvo en algunas ocasiones excepcionales, como durante la Guerra Civil, cuando se retiraron para evitar que sufrieran daños.